miércoles, 23 de noviembre de 2016

'El mito 'tercermundista' cuando salías de las plazas grandes en América está desapareciendo'

Marc Serrano tuvo que refugiarse en Perú. Una historia que por repetida no cae en la monotonía. Sigue siendo noticia. Interesa. Son historias de retos, superación y ganas por abrir ventanas cuando aquí las puertas están desgastadas de tanto llamar. Un día, con el horizonte nublado pero con el interior ávido de expresar su profesión, decidió coger su esportón y partir hacia Perú.

'Da gusto ver la plaza llena todos los días, tanto las grandes como las pequeñas. Hay afición. Perú más que ser un país emergente para la tauromaquia, es ya una realidad', afirma entusiasmado el torero francés. 'Ya tienen una figura del toreo, otros que están dando importancia al país a nivel global y ganaderías que están mejorando mucho. El mito 'tercermundista' cuando salías de las plazas grandes está desapareciendo'.

Serrano decidió no desaprovechar la oportunidad: 'No me lo esperaba. Llevaba varios años sin ir. Todo empezó en Perú cuando en julio fui para dos corridas pero finalmente fueron tres en las que quedé triunfador. Esto supuso que me repitieran en agosto y en octubre', espetó.

En Perú un torero es un ser superior: 'El que se viste de luces aún tiene ese lado endiosado. En México lo viví también de novillero. Hay un respeto tremendo y el toreo se vive con una emoción tremenda', reconoce.

Precisamente en México está anunciado el próximo 6 de diciembre mano a mano con Michelito en Kantunilkin. Además, supondrá su debut como matador de toros en el país azteca. 'Todo empezó el año pasado cuando pasé tres semanas haciendo campo allí. Este año podré recoger el fruto. Es un campo nuevo que se abre y, aunque hay muchos toreros en ese circuito, se vive el toro como en ningún sitio'.

FRANCIA, ESPAÑA Y EL CIRCUITO DE LAS DURAS

En 2016, Marc Serrano solo pudo torear en España en Cenicientos. Un tacazo de Pallarés que, además, no se movió. 'Tuve muy mala suerte. Todo el año esperando enfundarme el traje de luces para que la corrida no sirviese. A día de hoy, como están hechas las ferias, o bien están las corridas de figuras o las duras. Las corridas intermedias están tendiendo a desaparecer. Por eso, en este momento de mi trayectoria me veo capacitado para matar cualquier tipo de corrida'.

Este año el francés cumplió dieciséis años de alternativa con todo lo que eso conlleva: 'Ahora lo veo todo con más tranquilidad'. Este invierno será clave para que su nombre vuelva a la circulación: 'Quiero llegar al comienzo de temporada muy preparado. Ya hay contactos para principios de temporada en varios sitios de Francia pero la vía americana me ha permitido levantar la cabeza y coger oxígeno', concluye.

martes, 22 de noviembre de 2016

14-A: un hito en la historia reciente



14 de agosto 2016. 12.00 horas. Dax. El calor del mediodía apenas a una hora de la frontera de Irún derretía las velas. Por suerte no hacían falta. La luz del encalado Arènes de Dax resplandecía en contraste con el brillante albero. Aunque la noche guarde secretos, la mañana irradia un color especial.

Desde horas antes se había colgado el No hay billetes. En Dax acostumbran a ir de blanco, pañuelo rojo al cuello. El plano cenital, con la función comenzada, debía guardar una armonía propia del rito. Este escenario fue elegido por El Juli para rubricar lo que empezó en Albacete con la 'Tarde de Copérnico'. 

El Juli eligió a los líderes de la renovación del escalafón, López Simón y Roca Rey, para rivalizar y hacer valer su sitio de máxima figura. Y terminó igual que justo hace un año. La rivalidad, el triunfo. En definitiva, ilusión en el ruedo y en el tendido.
El Juli, en San Sebastián después de torear en Dax esa misma mañana


Mismo día. 18.00 horas. San Sebastián. Todo aquel 14 de agosto fue José Tomás y El Juli. El duelo había despertado un interés apenas recordado. La ciudad, la plaza y el toreo lo necesitaba. Lo que no sabían muchos es que El Juli se acababa de desenfundar el nazareno y oro apenas tres horas antes a más de 100 kilómetros de Donosti para meterse en un caldera y oro en una de las tardes más esperadas del año.

El calor seguía avivando el fuego de agosto. Ni la suavidad del clima oceánico hacía que bajase la temperatura que crece en el interior de Julián. Un genio que, precisamente por eso, tiene una ambición sin límites. Afortunadamente, Illumbe -el sueño de Manolo Chopera- cuenta con una comodidad y una cubierta, bendición para el público y, más aún, para los que se atildan el traje de luces.

Y otra vez, tal y como sucediese en los enfrentamientos pasados en Ávila y Badajoz, El Juli obligó a José Tomás a sacar su mejor versión. Se percibe la rivalidad aunque cada uno juegue su liga. Como si de un premio se tratase, El Juli salió por la Puerta Grande el día que todos fueron a ver a JT.

Publicado en Mundotoro el 22.11.2016

jueves, 3 de noviembre de 2016

La Fiesta más popular


El Taurino, El Corucho, El Patillas, Super, Tronquito en los carteles. No son grandes nombres, conocidos apenas en una localidad donde su presencia causa más expectación que el mejor cartel de figuras. Un pueblo que cada 9 de septiembre se inunda de ilusión por ver a sus familiares, amigos o vecinos encarnados en la figura del héroe.

El terno: una camisa blanca, vaqueros, botos y gorra campera. Está cuidado al detalle como si fuera el mejor traje de luces para una ocasión especial. Vestido sin alamares pero que lucen con orgullo estos valientes aficionados -sin más, no conocen aquello del apellido práctico- de la localidad abulense de Sotillo de la Adrada que año tras año recuerdan que la Fiesta no es más que una identificación de las costumbres populares.



Desde meses antes del ‘acontecimiento’ ya empieza a recorrer el pueblo el run run… ‘¿Quién va a torear este año?’, ‘Dicen que va a torear el hijo de Camorra’, generando una ilusión que ni el mejor cartel con figuras. Pero cuando se va acercando la fecha, los mensajes cambian de la misma manera que el color de la cara de los púgiles que comienzan a darse cuenta de que aquello no es una broma. Desde los ‘Suerte’ hasta los que dicen sin reparo… ‘¡A ver si lo haces mejor que el año pasado!’ o ‘¡Hay que arrimarse!’. ¡Como si fuera tan fácil!

Aquí nadie se anda con medias tintas: todos deben estar a las 12 para que se celebre el sorteo. Sombrero cordobés y papel de fumar para anotar el número de los añojos. Miradas de responsabilidad -de miedo también- pero siempre con ilusión y ganas de hacerlo lo mejor posible.

Rompe el paseíllo. Clarines y timbales. Cuando todos pensaban que saldría el primer becerro, Luis, un niño al que le apasiona el toreo, se fue a chiqueros para recetar una larga cambiada a un carretón. Emoción en los tendidos. Su gesto los decía todo: había cumplido el sueño de salir en hombros después de demostrar su arte en los tres tercios. Y también había roto una barrera personal. El toreo, su toreo, había triunfado como terapia para olvidar el Sindrome de Down. Un ejemplo.

Pero además hubo toreo, el de unos inexpertos y alocados aficionados que una vez al año rinden pleitesía y hacen disfrutar a su pueblo. El Taurino sacó una silla para iniciar su faena al más puro estilo Morante, El Corucho hizo vibrar al público en su ‘debut’, Tomás Ruiz se atrevió a torear de rodillas… Y cómo no con la ayuda de sus cuadrillas, varilargueros incluidos a lomos del burro ‘Sergio’, que intentan hacerlo lo mejor posible para sentirse protagonistas e incluso con la rivalidad de hacerlo mejor que las otras cuadrillas.

La cruda realidad es que la crisis y la imposibilidad económica de celebrar otro festejo taurino, hizo que se recuperara la tradicional becerrada local que fue eliminada para traer carteles que elevaran la categoría de la villa en la comarca. Una solución que trajo la ilusión a Sotillo de la Adrada y mostró la realidad: la Fiesta es del pueblo. En definitiva, volver a las raíces que hicieron del toreo el espectáculo más importante de nuestro país.

Reportaje publicado en Mundotoro el 27.11.2013