viernes, 24 de junio de 2011

Soledad en los tendidos de Toledo


Ni media entrada. El sol desierto, ni un alma. Solo los tendidos de sombra presentaban un casi lleno aparente, pero nada más. Hacía daño a la vista, nunca había presenciado una plaza con tan poco público, y con un cartel, aparentemente, con figuras nunca lo imaginé. Toledo debe hacérselo mirar, mas cuando por la mañana había miles y miles de personas que abarrotaban la ciudad en la procesión del Corpus. Solo con la presencia del mejor rejoneador de la historia o con uno de los triunfadores de San Isidro sería suficiente para justificar que los aficionados acudieran en masa a las taquillas de la capital del Tajo.

Pero creo que los toledanos ya se lo saben. Saben que no sale un toro de garantías, que los toreros van a cumplir el trámite e intentar cortar orejas que les haga subir puestos en el escalafón. Lo del ganado fue de vergüenza, cuatro toros que no se merecían un puyazo porque con los capotazos de salida ya iban más que picados, pero que con el topetazo con el varilarguero, le quitaban la poca fuerza con la que salían de chiqueros. En la muleta, toros de 5 minutos. Apenas tenían un par de tandas y rápidamente el arrimón final porque se quedaban sin material. Y así, más de uno sale de la plaza cabreado y con cara de tonto. Les (nos) han estafado.

Destacar la actuación a caballo de Pablo Hermoso y su caballo Van Gogh, hijo de Chicuelo, con el que realizó los pasajes mas bellos de la tarde. Con el cuarto, un toro encastado, como hacía tiempo que no recordaba en una corrida de rejones, apretó mucho en banderillas pero logró sobreponerse sacando a Saramago, Ícaro y Pirata. Un rejón de muerte efectivo le valieron las dos orejas.

Pese a no cortar orejas, Alejandro Talavante realizó los pasajes más emotivos frente al segundo. Un torete anovillado de Carlos Charro pero que sacó la calidad por el pitón izquierdo y el extremeño no le dejó escapar. Solo dos tantas muy despacito, porque es lo único que tenía. El final de la faena se diluyó con pases cambiados y demás parafernalia. El quinto no tuvo ni una tanda y solo pudo exhibirse en el toreo de cercanías.

Daniel Luque arrancó una oreja al tercero después de un pseudo-arrimón, un paripé ante un toro medio muerto (también de casta) y con el que cerró plaza se aseguró la puerta grande con un estoconazo hasta los rubios.

Si queremos que el gran público vuelva a las plazas, tenemos que ofrecer un espectáculo de calidad, sin buscar las tretas, ni el pillaje tan característico en este mundo y que últimamente vemos a diario. La cosa no está para gastarse un dineral para salir cabreado y sentirte estafado, te han vendido gato por liebre. Las cosas no pueden seguir así, sino a esto le queda muy pero que muy poco, el día que el público no llene los tendidos de las plazas... De momento vamos por menos de media entrada.

2 Toros de La Castilleja para rejones cuarto con mucha fuerza y propicio para el espectáculo y 4 de Carlos Charro, anovillados y descastados.

- Pablo Hermoso de Mendoza Oreja y Dos orejas

- Alejandro Talavante (Agua marina y oro) Ovación en ambos

- Daniel Luque (Rosa y oro) Oreja y Dos orejas

martes, 21 de junio de 2011

El Rollanejo, un halo de esperanza


Una novillada de las que no se recuerdan se lidió el pasado domingo en la localidad abulense de Sotillo de la Adrada. Ya ni se ven ni corridas de toros con esa estampa, como estamos demostrando con la evolución de la temporada. Una ganadería de Salamanca por muchos desconocida, El Rollanejo, mandó a una plaza de tercera una de las novilladas mejor presentadas que recuerdo. Puro Aldeanueva, cuando estamos acostumbrado a todas las versiones del monoencaste se agradece y mucho. Novillada de contrastes y diferentes caracteres que pidieron el carnet en numerosas ocasiones.

El Valle del Tiétar o del Terror, ha sido germen de muchos novilleros que necesitaban de sus triunfos en estas plazas para llamar la atención de Madrid, a solo 100 kilómetros, y los aficionados se acercaban de la capital para ver auténticas corridas de toros con chavales que se la querían jugar. De aquello solo queda la leyenda, lo que cuentan los viejos del lugar porque solo Sotillo y Cenicientos defienden la cultura del toro en todo su esplendor.

Pero además fueron encastados y pusieron en evidencia el poco rodaje de los novilleros, aunque las ganas de Carlos Durán taparon los defectos. Hizo quites cuando tuvo oportunidad y sorteó al mejor del encierro. Ese tercero de la tarde se venía de lejos, con fuerza, galopando y metiendo la cara. Le costó acoplarse y a veces no acertó con las distancias pero logró dos tandas que calaron en el público. Dos orejas que le aseguraban la puerta grande.

Pero no me gusta que me engañen. No me gusta que los novilleros busquen la trampa a la hora de torear. Salirse del sitio, citar al hilo, no arrimarse ni por casualidad y para rematar un bajonazo. Si, los novillos pidieron el carnet, pero podían haber demostrado que valen para ser toreros, para disfrutar toreando. Pero es Sotillo y no Madrid, así que para qué se la van a jugar.

A todo esto, Miguel Hidalgo y Diego Hermosilla completaron el cartel. El granadino es un torero muy alto y espigado. A veces queda antiestético su muletazo y con el capote está muy verde. El navarro es muy pinturero, pero solo se queda en eso.

Una gran novillada que demuestra que en el campo bravo quedan restos de bravura y de casta, aunque la quieran guardar y esconder. Además de bien presentada porque aunque sobre la tablilla no habían cumplido los cuatro años, tenían mas presencia que la mayoría de toros que llevamos visto esta temporada en el gran circuito. Enhorabuena y a seguir trabajando.

Novillos de El Rollanejo, muy bien presentada, tercero ovacionado en el arrastre.

Miguel Hidalgo (Grana y oro) oreja y aplausos.

Diego Hermosilla (Rosa palo y azabache) silencio y aplausos.

Carlos Durán (Negro y oro) dos orejas y oreja

jueves, 2 de junio de 2011

Es de Bilbao, le llaman Fandiño


Torero de Orduña, vasco de ley y ya se dice que si uno de Bilbao se lo propone, no hay barreras tan altas como para poder frenarlo. Se llama Iván Fandiño y todos lo conocen. Tiene valor como para parar un tren, se los pasa por la barriga y ni se inmuta. Pero además sabe torear, echa la pierna adelante, cita de frente, con la muleta en la derecha y la verdad en las femorales. Una novedad que lanza el escalafón y que debe entrar sin freno en todas las ferias. Y no con las corridas duras, necesita toros que le permitan torear. Con todas las letras. Además, tuvo la suerte de lidiar al único toro potable que llevó Fernando Cuadri a su compromiso de Las Ventas después del triunfo del pasado año.

El quinto de la tarde fue el más claro de salida, acudía presto al capote, que manejó con facilidad. Por chicuelinas galleó para poner largo al burel en ambos intentos, con el público a favor, se lidió y banderilleó eficientemente, en pro del animal. Se desmonteró Pedro Lara tras un gran par. Después de brindar al público citó con la derecha y comenzó el espectáculo, el toro humillando como el que más y el torero ligando tandas de cinco y seis muletazos. La nobleza del toro hacía que embistiera también a la montera que se encontraba al salir del muletazo y, a través de un sutil toque, volvía a la muleta para alargar el muletazo hasta el infinito. Por el izquierdo anduvo mas enganchado y la faena se diluyó, pero unas manoletinas de perfil ajustadísimas hizo que la faena subiera de tono. Además, una estocada de a matar o morir, de efectos fulminantes hizo que cayera una oreja importantísima.


Pero esa oreja comenzó a fraguarse con el segundo, con el que estuvo muy firme ante un toro nada claro. Le sacó todo lo que tenía, le exprimió al máximo. Sobre todo ese pitón izquierdo con dos muletazos larguísimos. Tras un estoconazo dio una vuelta de ley. De las que suman. Se pidió el trofeo, pero hubiera sido excesivo y polémico. La vuelta, todo un clamor.


Alberto Aguilar se la jugó sin trampa ni cartón con el mirón tercero. Una prenda con la que se quiso estirar y torearle como si fuera bueno, pero a esos (cabrones) con un peligro latente, lo mejor es torearlo sobre las piernas, como bien hacían los Gallo, pero que parece que ya no está permitido. Sufrió un pequeño percance pero solo quedó en un susto porque por allí debe de rondar un ángel de la guarda o el Espíritu Santo, que apellida a la Plaza de Las Ventas. El sexto fue otra prenda que se puso complicado a la hora de entrar a matar.


El Fundi no lo vio claro con el peor lote. El primero con un peligro sordo que hizo que desconfiara en todo momento de él, y con el cuarto al que pasaportó rápido. Después de una trayectoria tan larga, lidiando con las más feas, después de recuperarse hace dos temporadas y sufrir el varapalo de lesiones y cornadas, merece todo el respeto.


Cuadri presento un corridón de toros. Ya no estábamos acostumbrados después de una feria de toros terciados y feos. El toro de Cuadri, dotado de una fisionomía particular buscada por su ganadero, el gran Fernando Cuadri, desarrolló muchas dificultades. Excepto el quinto, que humilló en las primeras tandas y permitió que Fandiño se sintiera muy a gusto.