lunes, 10 de marzo de 2008

Perera da primero

Perera está comenzando la temporada con mucha fuerza. En la encuesta que se cerró hace unos días en este blog Miguel Ángel Perera ha arrollado en las votaciones como torero revelación de la anterior campaña y quiere continuar la senda triunfal este año. Comenzó saliendo a hombros en Torremolinos, a continuación cortó tres orejas en Castellón, un triunfo muy importante en la primera feria del año, y un rabo en Olivenza bordando el toreo, con su estilo personal, bajando la mano hasta rozar el albero. Ójala estos triunfos le sirvan para continuar ascendiendo y así haya más pelea en la cima del toreo.
Por cierto se anuncia un acontecimiento, recuerden la fecha 24 de abril en La Monumental de Barcelona torean juntos José Tomás y El Juli. La primera vez en la temporada que logran juntar a los dos maestros de la tauromaquia. Barcelona, "ciudad antitaurina", a demostrado una vez más que ese día será el centro del mundo del toro.

sábado, 1 de marzo de 2008

Morante nos hizo un regalo.


Cuando la tarde ya acababa y todos ya nos ibamos con un amargo sabor de boca salio Morante y quiso torear al sobrero, no quería defraudarnos. Asi que, todos los que se fueron para no cojer el atasco se lo perdieron.

Antes de esto la corrida comenzó con veinte minutos de retraso por culpa del tráfico que no había dado tiempo a que llegaran los toreros, El Pana en calesa y Morante en Rolls Roice. Cuando fueron los alguaciles a recoger a los toreros para iniciar el paseillo uno de ellos se cayó de la montura y estuvo unos metros enganchado en el lomo del caballo, después de unos minutos de espera se tuvo que retirar al patio de cuadrillas. Con todo esto la corrida comenzó muy accidentaba.

En el paseillo el mexicano iba fumandose un puro y arrastrando los pies un ejemplo más de las excentricidades de el torero. Los aficionados se levantaron en una calurosa ovación cuando acabó el paseillo obligandoles a saludar.

El Pana recibió a su primer toro en España de espaldas con una especie de tafallera con lo que parecia una clara declaración de intenciones pero después del recibiemiento con el capote tocó el turno al subalterno para que colocara el toro al caballo. No puso banderillas y el público no se quejo hasta el quinto pero ya era demasiado tarde. Con la muleta hizo mucho gestos con el público muchos pasitos, estiramiento, saltos pero a la hora de torear en serio solo dio un par de tandas aceptables en sus tres toros, por cierto excepto el primero que estaba inválido tuvo el mejor lote de la tarde. En el quinto, el toro empujo a un caballo de picar y lo tiro asi que al caballo le tuvieron que quitar la montura y se perdió mucho tiempo. En la muleta dió el pase del péndulo pasandoselo a milímetros del cuerpo pero cuando comenzó a torear en serio se difuminó. Me decepcionó.

Por cierto los toros de Nuñez del Cuvillo me dieron la impresión de ser muy chicos y blandos, tres se cayeron despues del caballo, un toro devuelto, el primero inválido... Espero que esto haya sido fruto de la casualidad.

En eso Morante estaba por allí en la tarde de su reaparición y demostró que estaba bien físicamente, quería torear como él lo siente, si le hubiera tocado un torito algo mejor hubiera formado una buena. Aún así la lió. Las verónicas que ví en Vistalegre nunca las olvidaré fueron históricas, con regusto, con sentimiento, con arte algo que no puedo explicar con palabras y con el séptimo en la muleta lo bordó en las tres primeras tandas con la derecha. Empezó sentado en el estribo y cuando se levantó dió los mejores muletazos de la tarde, los mejores de lo que llevamos de año y a lo mejor de la temporada. Me emocioné viendo aquello, que pena que el toro se acabara pronto mató de una estocada caida y solo le dieron una oreja pese a que toda la plaza pidiera la segunda con muchisima fuerza.

Solo me queda una pregunta, ¿Por qué los medios de comuicación no da la importancia que se merecen las veronicas, los derechazos e incluso las banderillas que puso Morante ayer?
Disculpen si soy demasiado exagerado pero ayer sentí algo que nunca habia sentido en una tarde de toros.