Próxima estación: Manuel
Becerra. Línea 6. Podría bajar directamente hasta el metro de Ventas, pero hay
unos rituales que seguir. Subir las escaleras que te pasaportan a las puertas
de la calle Alcalá, como el que baja del coche de cuadrillas para esconderse en
un rincón del patio de cuadrillas. Nervios, ¿Qué pasará? Recto muy recto, con
la chaqueta a modo de capote de paseo, en el hombro o en el antebrazo caminamos
despacio, muy despacio hasta poder verla. Gustándote, mirando el ambiente, sin
desviarte un ápice de esa línea recta que te llevará a sus brazos. El Rincón de
Jerez, Los Timbales, Jarritus, el Cesar o La Tienta, cualquier sitio es bueno
para hacer una pequeña parada, para rencontrarte con esos personajes que solo
ves una vez a la semana, o durante la feria. Abrazos e invitaciones, surgen
como si de una celebración se tratara.
Pero hay que continuar,
apenas quedan 15 minutos y queda mucho camino por recorrer. Tras la esquina
azul aparece ella, resplandeciente como cada año. Cada vez más bonita, como el
buen vino. Son más de 80 años de historia, de encuentros y desencuentros. Pero
ese último paso de cebra, antes de entrar a su vera… ¡Que largo parece! Como si
nunca fueras a llegar hasta su acera para acariciarla. Y les miras... "Buenas tardes Yiyo, Bienvenida, ¡va por vosotros!", y piensas "Algún día os acompañará Chenel"
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Foto: Las-Ventas.com |
De reojo miras a la Puerta
de los Sueños, la que corona a los reyes del toreo. Los más grandes han salido
por allí y todos sueñan con conquistarla. Entrar por allí produce un respeto
que quizá nunca pueda saltarme, por eso procuro evitarla. Demasiadas emociones,
demasiada historia como para profanarla. Quizás sea más fácil entrar por el
patio de arrastre. Un lugar más ameno y distendido, donde puedes encontrarte a
toda la farándula del toreo, a los del clavel, a los aficionados y al público,
recuerden que este es el espectáculo más democrático del mundo. Con el programa
de mano, se completa una liturgia que se repite día tras día, tarde tras tarde
donde se van renovando las ilusiones que se pierden la noche anterior.
La Feria más importante del
universo taurino ha arrancado esta tarde en Madrid. ¡Comienza San Isidro! Un
mes de toros, de ilusión, de esperanza, de triunfo, de reencuentro, pero
también de intriga, de miedos, de fracasos… San Isidro es el cetro del toreo,
restando interés a ferias tan importantes como la de Jerez, Nimes o la corrida
de Valladolid o Aranjuez.
Una corrida tan preciosa
como mansa de El Cortijillo inauguró el año Hemingway no dando ni la más mínima
oportunidad a los toreros que apenas justificaron su presencia.
Miguel Abellán logró
muletazos brillantes en el primero de su lote, de los que pocos se enteraron.
Largos y profundos, se los fue sacando de uno en uno hasta hilvanar una faena
más que correcta. El cuarto se rajó en los primeros muletazos y hubo de
buscarlo en toriles.
Leandro brilló en apenas
tres tandas por la derecha con su primer oponente, pecando de algo despegado
pero de buena composición. Mérito tuvo sacárselos por un izquierdo que
desparramaba la vista. Una buena dosis de muleta corrigió el vicio, pero su mal
fondo salió a relucir.
Inauguró la Feria
confirmando la alternativa Antonio Nazaré, que pechó con el lote más deslucido.
A este le hizo las cosas de manera muy inteligente, tapándole la salida ligándole
redondos, porque su querencia natural le estropearía cualquier posibilidad. El
que cerró plaza no dio más opciones que el resto de sus hermanos.
Con el arrastre del sexto, volvemos a hacer ese paseillo, pensando... Con la mirada perdida recordando lo que ha sucedido. Pero mañana será otro día y volveremos con la ilusión renovada, con ganas de encontrarnos con otra historia.
Madrid. Casi lleno. Toros de
El Cortijillo, Lozano Hermanos (4º). Bien presentada, deslucidos y mansos en
general. Sin opciones.
- Miguel Abellán (Blanco y plata) Silencio y silencio
- Leandro (Corinto y oro) Silencio y silencio
tras aviso
- Antonio Nazaré (Lila y oro) Silencio en ambos