Matías Tejela en Mont de Marsan |
Estado de "Jazmín" tras la primera cura. Foto: Aplausos |
La historia se repite. En Valencia, allá por 2006, Miguel Ángel Perera
devolvió al campo al toro «Harinero» de la ganadería gaditana de Fuente Ymbro.
El toro, bravo, se convirtió en semental. Seis años después, los productos de
aquel progenitor volvieron al ruedo, de donde él salió un día de la Feria de
Fallas.
«Llegó hace tres días, a las nueve», recuerda Ricardo Gallardo. «Jazmín» volvió a su dehesa, a Los Romerales, tras cruzar toda España desde la localidad francesa de Mont de Marsan. Allí, Matías Tejela logró algo más que un triunfo, pues ese honor puede repercutir en una mejora de la vacada al sumarle un semental de primer nivel. Aquel día se vivió una tarde histórica, es «lo que uno sueña». Ya es complicado que salga un toro tan completo, pero que además salgan de chiqueros dos astados de vuelta al ruedo y otros tantos de un gran nivel, «con el trapío que tenía la corrida, que bien podría valer para Pamplona». El ganadero se encuentra «muy satisfecho».
Mientras anochecía, «Jazmín» recorrió las mangas que le llevaron a los chiqueros franceses, pero esta vez en sentido contrario. Las rampas de subida al cajón del camión se convertían en pronunciados descensos en busca de la libertad. «Nada más llegar, se puso en marcha nuestro equipo veterinario y le operaron», cuenta Gallardo, «gracias a la puya francesa, que es de aluminio, la herida está más limpia». Pero, además de las ventajas de esta nueva puya, ideada por Alain Bojinol, mucho tuvo que ver el picador, Héctor Vicente que le dio tres puyazos en todo lo alto, por lo que «se han podido comunicar en un sólo drenaje para realizar las curas de una manera más cómoda». La labor del picador no quedó en el olvido, también obtuvo el premio de la vuelta al ruedo junto al torero madrileño y el ganadero.
Este proceso de curas podría resultar traumático para el astado, pero «Jazmín» no está acusándolo. «Es un animal muy noble, tiene buen manejo en los corrales» pero, aún así, estos días hay que estar «muy pendiente de él» para que no haya ninguna complicación.
Si todo sigue el cauce normal, en el mes de «octubre debería de estar padreando con su lote de vacas». Por tanto, en no menos de dos años comenzarán a verse los resultados. En los toros ya se sabe que dos por dos nunca, o casi nunca, son cuatro por lo que no se puede cantar victoria. Hay que esperar para «comprobar cómo liga», pero de lo que está seguro el ganadero de la vacada gaditana es que es complicado que falle porque «viene de una buena reata».
Pañuelo naranja, indultado. El toro bravo es el único animal que puede vencer a la muerte tras demostrar todo lo que lleva dentro. «Jazmín» lo consiguió por lo que se ganó el mayor triunfo, vivir para perpetuar su especie.
«Llegó hace tres días, a las nueve», recuerda Ricardo Gallardo. «Jazmín» volvió a su dehesa, a Los Romerales, tras cruzar toda España desde la localidad francesa de Mont de Marsan. Allí, Matías Tejela logró algo más que un triunfo, pues ese honor puede repercutir en una mejora de la vacada al sumarle un semental de primer nivel. Aquel día se vivió una tarde histórica, es «lo que uno sueña». Ya es complicado que salga un toro tan completo, pero que además salgan de chiqueros dos astados de vuelta al ruedo y otros tantos de un gran nivel, «con el trapío que tenía la corrida, que bien podría valer para Pamplona». El ganadero se encuentra «muy satisfecho».
Mientras anochecía, «Jazmín» recorrió las mangas que le llevaron a los chiqueros franceses, pero esta vez en sentido contrario. Las rampas de subida al cajón del camión se convertían en pronunciados descensos en busca de la libertad. «Nada más llegar, se puso en marcha nuestro equipo veterinario y le operaron», cuenta Gallardo, «gracias a la puya francesa, que es de aluminio, la herida está más limpia». Pero, además de las ventajas de esta nueva puya, ideada por Alain Bojinol, mucho tuvo que ver el picador, Héctor Vicente que le dio tres puyazos en todo lo alto, por lo que «se han podido comunicar en un sólo drenaje para realizar las curas de una manera más cómoda». La labor del picador no quedó en el olvido, también obtuvo el premio de la vuelta al ruedo junto al torero madrileño y el ganadero.
Este proceso de curas podría resultar traumático para el astado, pero «Jazmín» no está acusándolo. «Es un animal muy noble, tiene buen manejo en los corrales» pero, aún así, estos días hay que estar «muy pendiente de él» para que no haya ninguna complicación.
Si todo sigue el cauce normal, en el mes de «octubre debería de estar padreando con su lote de vacas». Por tanto, en no menos de dos años comenzarán a verse los resultados. En los toros ya se sabe que dos por dos nunca, o casi nunca, son cuatro por lo que no se puede cantar victoria. Hay que esperar para «comprobar cómo liga», pero de lo que está seguro el ganadero de la vacada gaditana es que es complicado que falle porque «viene de una buena reata».
Pañuelo naranja, indultado. El toro bravo es el único animal que puede vencer a la muerte tras demostrar todo lo que lleva dentro. «Jazmín» lo consiguió por lo que se ganó el mayor triunfo, vivir para perpetuar su especie.
Publicado por Marcos Sanchidrián, 25 de julio. http://www.larazon.es/noticia/8415-jazmin-vuelve-a-casa