sábado, 14 de septiembre de 2019

Lanzahíta: donde nace el toreo

¿Qué tal, chavalería? Nos escapamos a Lanzahíta para que conozcáis una de las plazas más peculiares del Valle del Tiétar. Con este viaje, comenzamos una serie que nos llevará por todas las plazas de este rincón entre Madrid, Ávila y Toledo y que tanto a significado en el toreo. ¿Qué os parece? ¿Conocéis alguna plaza especial?

martes, 7 de mayo de 2019

El toreo que viene


Amanece una mañana perfecta en el corazón del Valle del Tiétar. Pica el sol tardío de mayo después de semanas en las que el agua fue como oro para un campo que ya pedía auxilio. Partimos desde Sotillo de la Adrada, lugar del toro con mayúsculas que navega sin rumbo fijo fruto de la desidia, camino de El Real de San Vicente donde Álvaro Lorenzo continuará con su preparación antes de las tardes clave de Sevilla y Madrid. El viaje tiene el encanto de las cosas pequeñas. La carretera comarcal se va estrechando según nos vamos acercando al límite provincial con Castilla La Mancha. Parece mentira que los pocos kilómetros que separan en este punto Madrid, Ávila y Toledo cambien tanto las infraestructuras. ·La España de las Autonomías” es así(n).

Higuera de las Dueñas, con una coqueta plaza de piedra por cierto, y Fresnedilla, donde tiene un gran grupo de seguidores Octavio Chacón que promueve su propio alcalde, son camino de paso en esta ruta que se adentra buscando la sierra de San Vicente. Su escarpada orografía la hace propicia para cotos de caza, para ganado extensivo y, de siempre, ganado de lidia que suministraba de reses a toda la comarca. En el recuerdo de todos, divisas como la de don Evelio Ramos que era habitual en los carteles de hace décadas. 

Unas curvas antes de llegar al cruce del Almendral de la Cañada, llegamos a Piedraescrita. La ilusión de Daniel Alcázar por crear un toro serio pero con calidad -puro origen Cuvillo-, lo demuestran las novilladas bien presentadas a las que cada año los jóvenes novilleros que se anuncian en San Román de los Montes, El Real de San Vicente o Castillo de Bayuela, son capaces de cortar las orejas a pesar de tener delante a un eral cuajado. A la cita puntual acuden Álvaro Lorenzo y un ilusionado Fernando Lozano. 

En el tentadero aguardan tres eralas bien comidas y otras tres vacas viejas de retienta. La preparación de Lorenzo es muy exigente y eso se nota también en el campo. En Valencia y Arles ya han visto a un torero con ambición. Lo del buen momento puede sonar a tópico, pero cuando uno tiene la mente preparada y está centrado en el toreo, este fluye de forma natural. Después hablamos de si siente que el público conoce a los toreros jóvenes, de su generación, de la exigencia de la preparación… y de Sevilla.