sábado, 27 de agosto de 2011

Una tarde para el aficionado


Excelente novillada la que ha lidiado Valdeolivas para cerrar la Feria de San Bartolomé de Casavieja. De preciosa y prominente lámina, en líneas generales ofreció buen juego con muchos matices. Nobleza unida a casta, tan difícil de encontrar hoy en día, que puso en aprietos en muchos momentos a los novilleros. Acostumbrados a ver una nobleza indolente o pastueña, caracterizada principalmente por la falta de fuerza, da gusto ver una novillada que ha apretado en el caballo, aunque como nota negativa, se podría decir que no daban un mal derrote en la muleta, sino que acudían prestos y humillando. Pero si no había delante una muleta poderosa no había nada que hacer. Por lo que se descolocan y pierden muchos pasos.

El lote de la tarde se lo llevó Gómez del Pilar. Le costó acoplarse al primero, un novillo de bandera que se descubrió cuando en la última tanda el toro apretaba y humillaba como si estuviera empezando la faena. Podador era precioso, de los que se ve la penca del rabo si le miras de frente. Nacido para embestir. Y vaya si lo hizo. Después de un gran puyazo y un gran par de Nando Sánchez, mientras brindaba al respetable, se arrancó hacia el torero que ágilmente desplegó la muleta en una especie de Cartucho de Pescado del gran Pepín Martín Vázquez para dar una tanda de naturales que calaron en los tendidos. Aunque hubo momentos de menos lucidez, la faena mantuvo un nivel alto combinando las tandas con molinetes invertidos, cambios de mano muy toreros. Un pinchazo recibiendo hizo ver la verdadera bravura del animal que se tragó la muerte e incluso se levantó varias veces. Una vuelta póstuma merecida y una oreja muy protestada que al final rechazó. Pero no porque lo hiciera mal sino porque el novillo tardó en caer y la memoria es débil.

Nadie dudó de la oreja que cortó en el quinto. Después de una buena lidia, destacando una vez más el tercero Nando Sánchez, que puso un par auténtico, dejándose ver y cuadrando en la cara, el novillo se vino arriba. Bravo y codicioso, Gómez del Pilar lo entendió y le bajó la mano, enroscándosele derechazo a derechazo. Terminó la faena pero no el novillo. Por eso le costó un mundo cuadrarlo.

Cristian Escribano le tocó bailar con la más fea. Un lote a contra estilo permitió solo justificarse. Comprendió bien a su primero, un novillo lleno de matices que cambió conforme avanzaba la faena. Para empezar tuvo que sujetarlo y airearlo por arriba para que no se cayera, pero tras varias tandas consiguió recuperar al novillo y torearlo ligado media altura, donde llegaron los mejores compases. Cuando cambió a la izquierda, pedía más distancia y la faena fue a menos. Una faena que puede servirle personalmente porque se ha impuesto a un novillo complicado. Ante la imposibilidad con el sexto decidió abreviar.

Abrió el cartel Félix de Castro que tras el feo revolcón que recibió del primero de la tarde no volvió a ser el mismo. Le dejó KO durante unos instantes, pero volvió para matarlo. Con el cuarto estuvo desconfiado y tiró por la calle de en medio. Destacar la brega que realizó Porritas, con solo tres capotazos largos y por abajo, colocó al toro para que entraran cuatro veces los banderilleros. Chapeau.

3º Feria de San Bartolomé de Casavieja. Casi lleno. Novillos de Valdeolivas, bien presentados, de buen juego destacando Podador, premiado con la vuelta al ruedo.

- Félix de Castro (Negro y plata) Vuelta por su cuenta y silencio

- Gómez del Pilar (Rosa y oro) Oreja rechazada y oreja

- Cristian Escribano (Blanco y oro) Silencio y silencio

*Foto: Nano

viernes, 26 de agosto de 2011

Triunfa Conchi Ríos entre el clamor popular


Había expectación por ver a Conchi Ríos. Su sorprendente salida por la puerta más grande del toreo ha hecho que esté en boca de todos los aficionados. No defraudó. Nada menos que cuatro orejas y un rabo ante un buen lote que propició el triunfo. El gran quinto se repuso tras un desastroso tercio de varas y fue a más. Conchi Ríos lo entendió, aunque tardó en encontrar el pitón izquierdo por el que se desplazaba con clase y movilidad. Mientras la torera se crecía, el toro se venía a menos, pero una buena medida de los tiempos hizo que el final de la faena no se viniera abajo. Al contrario. Una gran estocada y el público entregado le valieron los máximos trofeos. Demasiado.

Con el primero de su lote se demostró que empatiza rápido con el respetable. Desde el tercer capotazo, cuando se estiró a la verónica, se sucedieron los olés. Lo mismo con la muleta que desde el comienzo hizo que el público estuviera atento de todo lo que pasaba. Además sus desplantes y miradas al tendido la hacían cercana. Un triunfo que confirma su buen momento.

La novillada de La Guadamilla, bien presentada, fue variada en cuanto a juego. El buen lote de la murciana se contrapuso a un molesto primero que tocó en suerte a Daniel Morales. Los cabezazos al final de cada muletazo deslucieron cada tanda. Para rematar dio un mitin con la espada. El colorado que hizo de cuarto fue el de más trapío de la tarde. Su cuadrilla lo bordó, destacando a Porritas, que tras saludar después de dos buenos pares en el primero, bregó con una exactitud milimétrica. El utrero fue a más y le intentó llevar largo, pero una mala colocación no permitía ligar las tandas.

No fue la tarde de Rafael Cerro. No se acopló con el tercero, que sin ser bueno, se desplazaba sin hacer un ruido. Tenía muletazos por un tubo. Y se los dio. Pero lo único que consiguió fue aburrir. Con el que cerró la tarde, meció el capote a la verónica y remato con dos medias para el recuerdo. Y ahí se terminó. Después de varias tandas en la que se sucedían los enganchones, comenzó un sainete de circulares que terminó con un revolcón después de citar muy mal colocado. No sabe matar, eso está más que confirmado. Necesita de mucho carretón para aprender a colocarse.

2º de feria. Casi lleno. Novillos de La Guadamilla. Bien presentados, de juego desigual. Destacó el quinto.

- Daniel Morales (Azul turquesa y oro con remate negros) Silencio y ovación

- Conchi Ríos (Rosa y oro) Dos orejas y dos oreja y rabo

- Rafael Cerro (Grana y plata) Silencio y ovación

*Foto: Nano

jueves, 25 de agosto de 2011

Victor Barrio, por el buen camino


Una gran novillada de El Torreón ha inaugurado la Feria de San Bartolomé en la localidad abulense de Casavieja. Pareja de hechuras, con tres utreros más chicos y otros tres con más trapío dieron en líneas generales buen juego, destacando el quinto al que se le dio la vuelta al ruedo a petición del ganadero, Cesar Rincón. Nobles y de buen juego, seguían la muleta como si no hubiera fin dejando a la terna disfrutar, a excepción del lote de Emilio Huertas, que aparte de ser el peor, no logró acoplarse.

Los mejores compases de la tarde llegaron de manos de Víctor Barrio que demostró el amplio rodaje y que necesita el toro para terminar de cuajarse. Falló con los aceros la faena al segundo de la tarde que pudo tener premio, pero simplemente fue su carta de presentación. Fácil con el capote, respondió a un quite de Huertas con unas verticales gaoneras sin mover la planta. Las primeras tandas con la muleta llegaron a ser de seis y el de pecho, un novillo de carril. Largos y profundos, los muletazos se fueron templando hasta que cada derechazo fuera casi un redondo porque no le quitaba la franela de la cara. El novillo la seguía con mucho celo, además remató con un arrimón en el que combinaba circulares con pases cambiados que animó al público, pero con la espada lo echó a perder.

El quinto, Caminante, fue el mejor del encierro, aunque hasta que el madrileño no le plantó la muleta por delante no estuvo claro. Además no le ayudó una pésima lidia. Pero el novillo se repuso y fue a mucho más. Por el izquierdo surgieron los mejores compases de la faena. Largo y hondo, solo perdía un paso para colocarse, lo que hacía las tandas muy ligadas y que calaran con el público. Cuanto más le apretaba el toro, más cómodo estaba el torero. Para finalizar, unos ayudados por bajo torerísimos hicieron que el público se levantara de los asientos. Medía en buen sitio valió para pasaportar a Caminante, un novillo de vuelta al ruedo.

Había curiosidad por ver al mexicano Sergio Flores. Con el que abrió plaza se mostró incómodo, ya que salía descolocado de cada muletazo y le costó calar en los tendidos. El novillo demostró su nobleza y fijeza yendo detrás de la muleta y molestando a Flores. El cuarto, aunque tenía más trapío, fue el de menos condición de la tarde. Consiguió sacarle tandas a base de arrimones. Si consiguió una oreja en cada uno fue por sus estoconazos. De lo mejor que he visto. Cuadrando bien al novillo, citando al hocico y marcando los tiempos a cámara lenta, incluso se pudo escuchar como entraba el estoque hasta los gavilanes. Hay estocadas que bien valen una oreja, y este es uno de los casos.

Emilio Huertas es un torero clásico, que quiere interpretar el toreo de una manera muy atractiva, pero pechó con el peor lote de la tarde. Además, estuvo un poco acelerado. Tiempo al tiempo. Sobre todo, destacar su manejo con el capote. Estuvo animado en sus toros y participó en quites con los de sus compañeros.

Una tarde en la que se han juntado la buena condición de los astados con las ganas de agradar de los novilleros. Uno de esos días que crean afición.

Novillos de El Torreón. Pareja de presentación con tres mas grandes y otros tres mas pequeños. De bueno juego, destacando el 5º Caminante, premiado con la vuelta al ruedo.

- Sergio Flores (Nazareno y oro) Oreja y oreja

- Víctor Barrio (Azul y oro) Ovación y oreja

- Emilio Huertas (Rosa palo y oro) Silencio y oreja

*Foto: Nano

martes, 16 de agosto de 2011

Jose Manuel Mas sorprende, Peñajara se confirma


Dos nombres propios resumen el último festejo de la Feria del Toro de Cenicientos, Peñajara y José Manuel Mas. La ganadería sevillana presentó una corrida grande pero en tipo y con mucha cara. Quizá demasiados pitones ya que de punta a punta podría contarse más de metro y medio. Espectacular. Pero lo mejor fue el fondo de casta y bravura que tenían todos ellos. Pese a que se los maltrató en varas, en banderillas se crecían y llegaban a la muleta con un motor descomunal que hacía que los toreros pudieran realizar largas faenas, aunque ayunas en contenido.

El primero, aunque con mucha clase fue el de menos duración. Apenas tuvo tres tandas pero con el público casi en pie disfrutando cada embestida del toro. Hacía el avión, mientras Torres Jerez a lo suyo, de rodillas para comenzar la faena. Ahí terminó todo. El toro seguía embistiendo pero el almeriense no se enteró. Para rematar, un mitin con la espada. Al cuarto le propuso una faena larguísima, lo que se llama un pega pases. Sin fondo ni forma, el noble toro embestía como un carretón de acá para allá. Para redondearle una gran faena, pero no, esto es un pueblo y no merece la pena arriesgarse…

El mexicano Joselito Adame se vio superado por su lote. El segundo, impresionante toro por presencia y fondo, no supo verlo aunque le dio mil y un pases. Pero el toro pedía otra cosa, más mando y menos mantelazos. No se pusieron de acuerdo. El Peñajara murió embistiendo. El quinto comenzó con una bonita pelea en varas pero termino casi en masacre. Con el público a la contra y pitando cada acción tomó Joselito la muleta y pase a pase le dieron los diez minutos reglamentarios para que le dieran el aviso, después dos bajonazos infames. Sigo pensando que lo hizo queriendo. No solo de grandes plazas tienen que vivir los toreros y mucho menos en su situación.

Como viene siendo habitual, la sorpresa siempre la da el tercer espada. El menos rodado, el que está deseoso por ponerse delante de los pitones. Esta vez fue el caso de José Manuel Mas. Le correspondió, quizá, el mejor de la tarde, aunque varias caídas provocaron que le protestaran. Después de sendos buenos pares de Raúl Cervantes se vino arriba y con el toro, el público y el torero. El toro pedía llevarlo en largo y lo supo ver el madrileño que le enjaretó tres tandas de derechazos que conectaron rápidamente con el público. Así, un torero con ganas y disposición es lo que se necesita ver. Poco a poco se fue embraguetado y sintiéndose, olvidándose del cuerpo que estaba por y para el toro. Una estocada caída pero de efecto fulminante le valió una oreja.

El sexto se descordó nada más salir por lo que tuvo que entrar en escena el sobrero de Alcurrucén. Un toro que daba miedo, tanto por sus pitones como por su mirada desafiante. Creo que ese fue el motivo de un lamentable espectáculo en banderillas que no fue peor porque llevaba la batuta Raúl Cervantes en la brega, que no la lidia. Por supuesto que todo eso afectó al desarrollo de la faena de muleta.

Una vez más, otra agradable sorpresa y ya van unas cuantas este verano. Y si hubieran aprovechado la gran corrida que envió Peñajara hubiéramos salido toreando. Pero insisto, otro nombre para apuntar: José Manuel Mas.

Toros de Peñajara, bien presentados y de buen juego. 6º Bis de Alcurrucén.

- Torres Jerez (Manzana y oro) Silencio y silencio

- Joselito Adame (Azul marino y oro) Pitos y Bronca

- José Manuel Mas (Verde esperanza y oro) Oreja y silencio

*Foto: Mariano Moreno

Javier Herrero, al natural


La Feria del Toro de Cenicientos comenzó con un corridón de Alcurrucén, ganadería típica en los últimos años en la localidad madrileña. Y un año más dio un juego que permitió no aburrirse a coruchos y visitantes que se acercan cada año para ver la integridad en el ganado. Aunque no tanto en el resto del espectáculo. Unas veces por unas cuadrillas incompetentes y otras por el consentimiento de los toreros. El segundo caso fue el de Joselillo que dejó pegar de manera indecente a su lote en el caballo. El primero de su lote fue un gran toro que logró imponerse a su torero en cada momento de la lidia. Un bajonazo remató a un toro encastado que se merecía mucho mas. Los aficionados que lo vieron despidieron al burel con una ovación. Al quinto no le quisieron ni ver, ni él, ni su cuadrilla. Se quedó inédito.

De la actuación de Javier Castaño, solo se puede destacar a David Adalid, miembro de su cuadrilla. En el que abrió plaza saludó una gran ovación después de un gran tercio de banderillas y en el quinto bregó con cabeza, dando los capotazos largos y medidos. Una pena que no supiera aprovecharlo su matador que pasó cuanto menos de puntillas. El primero fue un torazo colorado y astifino que resultó molesto porque daba cabezazos al salir de cada muletazo. Al cuarto, no quiso verlo por lo que abrevió.

Pero lo mejor llegó con el que cerró la terna. Javier Herrero, un chaval desconocido por muchos y con apenas dos corridas en su haber, estuvo hecho un tío ante un lote desigual. Su primero fue un toro completo, que apretó en el caballo. Comenzó la faena por la derecha, donde se pudo atisbar las condiciones del torero. Solo perdía un paso entre muletazo y muletazo, cosa que no se veía por esta plaza desde hace mucho tiempo. Pero lo gordo vino cuando se cambió de mano. Naturales larguísimos y de mucha plasticidad que fue a más, hasta terminar en una última tanda que caló hondo en los tendidos. El mal uso de los aceros hizo que perdiera un trofeo.

El que cerró plaza fue el más soso del encierro, pero el de Cuellar puso la carne en el asador para arrancar un triunfo que no fue posible, aún así dejó buen sabor de boca. Toreros así necesitan una oportunidad para darse a conocer. Ojo con Javier Herrero que a la mínima dará la sorpresa, aunque los que lo vimos no nos sorprenderá porque es un gran torero.

Toros de Alcurrucén, bien presentados y de juego interesante.

- Javier Castaño (Blanco y oro) Silencio y silencio

- Joselillo (Blanco y oro) Pitos y bronca

- Javier Herrero (Grana y oro) Vuelta y ovación