Iván Fandiño, al natural. Foto: Las-Ventas.com |
Distancia, mucha distancia. El
inmenso ruedo de Las Ventas entre toro y torero. La muleta y el pecho por
delante. Iván Fandiño conoce a Madrid, Las Ventas espera a Iván Fandiño.
Curioso que el de Valdefresno fue protestado duramente para que fuera devuelto
por falta de fuerza en el primer tercio, pero se vino arriba y dio un
espectáculo digno de toreo grande. Pero tras el primer pase de cada tanda, el
de la emoción, sobre vinieron series que se difuminaban hasta el remate con el
de pecho. Perseguía esa oreja que no llegó por el fallo con el verduguillo.
Sergio Aguilar, roto con la izquierda. Foto: Las-Ventas.com |
Pero la oreja llegó en el primer
astado de su lote al que le obró una faena que rompió por el pitón derecho. Se
colocó bien para robarle muletazos porque salía suelto en el remate. Incluso tras
un descabello, el público pidió el trofeo que fue concedido por el usía ante el
desconcierto de gran parte del público. Pero en el recuerdo quedará el arrojo,
el valor, las ganas y el querer triunfar en la plaza más importante del mundo.
Más de uno se acordó de Antoñete, de Cesar Rincón y eso en Madrid pesa.
Cuando torea Sergio Aguilar casi
nadie se entera. Pero los pocos que saben apreciar la grandeza de este torero,
disfrutan en cada actuación. El primero fue un manso de libro, de los que te
hacen pasar un quinario en la puerta de chiqueros. El madrileño fue donde el
toro quiso, donde se sentía cómodo y allí le robó todo lo que tenía jugándose
literalmente la vida. ¡Que naturales que rodeaban el cuerpo de Aguilar! Con el
vendaval que hacía de la muleta un paño menor, se puso el torero a un palmo de
terreno entre el toro y las tablas y por allí le hizo pasar cuantas veces
quiso. ¡Torerazo!
El Chano volvió a sonreir, volvió a
recibir una ovación de la plaza que tantas veces le sacó a saludar. El torero,
postrado en una silla de ruedas, se emocionó cuando David Mora le brindó el
tercero de la tarde. En lo estrictamente taurino, el toledano está
irreconocible. Poco o nada queda del torero que enamoró el pasado año. El
primero de su lote fue el mejor del encierro pero no terminó de acoplarse en
ningún momento. Lo más destacable fue un galleo por chicuelinas dejando en
largo al toro y una perfecta larga cambiada a porta gayola en el último toro de
la tarde.
Segundo festejo de la Feria de Otoño. Toros de Valdefresno, desiguales
de presentación, el 3º noble y de buen juego. Casi lleno.
- Sergio Aguilar (Sangre de toro y oro) ovación y silencio.
- Iván Fandiño (Verde y oro) oreja tras aviso y vuelta tras
petición.
- David Mora (Lila y oro) pitos y silencio.
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