jueves, 5 de junio de 2008

¡Maldita espada!

Madrid entregada, un torero descompuesto toreando al natural a un señor Victorino. El de Salteras estaba cumbre con un esguince en un tobillo y la afición en pie. Ycuando tiene que rebentar al toro para salir por la puerta grande lo pincha. ¡Tierra tragame! Manuel Jesús en aquel momentodebió pensar porque habia hecho lo más dificil, y no sólo una vez sino en el toro anterior también pudo cortar alguna oreja y volvio a encontrarse con el hueso. Una faena de ese calibre vale más que las orejas. El Cid se coronó como rey de Madrid. Genio y maestro del buen gusto a la verónica y al natural que es como de verdad se torea. Con esa formula mágica a conseguido la unanimidad de veinticuatro mil personas que estaban en la plaza y otros miles que lo veían a través de la televisión.
El día anterior con la de Adolfo Martín se repitió la misma historia. Talavante venía de no hacer buen comienzo de temporada. Parecía desmotivado, un chico sin ilusión, matando muy mal, en general, desganado... Hasta que salió el sexto de la tarde. Alejandro se reencontró con él mismo, volvió a sentirse torero y a hacer gozar a la afición. Espero que este idilio continue por mucho tiempo y no sea tan irregular.
Me quito el sombrero con el maestro El Fundi. Ese saber estar en la plaza, el dominio de todos los tercios, conocer lo que quieren todos los toros. Es como los buenos vinos, mejora con el tiempo.

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