lunes, 18 de junio de 2012

Alberto Aguilar: "Es un paso adelante en mi carrera"


Foto: Gonzalo Pérez
Alberto Aguilar puso a todos de acuerdo tras su paso por Madrid. Su actuación ante los toros de Victorino Martín volvió a poner en el boca a boca al diestro madrileño. Se muestra pletórico e ilusionado, pues necesitaba un triunfo de esa envergadura tanto para convencer a públicos y a empresarios, como para ratificarse a él mismo.

- ¿Qué significa el triunfo de ayer?
- Un paso adelante en mi carrera, sobre todo espero que sirva para sumar muchos más contratos y ferias en las que me he quedado fuera.

- El trabajo, casi siempre, tiene recompensa.
- Así es, el sufrimiento y el entrenamiento muy intenso que he llevado durante todo el invierno y sobre todo estos 15 días de mentalización en los que he estado en el campo, ha sido un paso positivo para llegar a Madrid lo más tranquilo y responsabilizado posible para que salieran las cosas con esa firmeza.

- ¿Cómo fue el toro al que le cortó la oreja?
- Fue noble, obedecía a los toques y al engaño. No le podía apretar porque al tercer muletazo se venía abajo, tendiendo a sosear y cuando le quería ligar, se me quedaba debajo. Creo que la clave de esa faena fue la firmeza, la colocación y los toques, respetándole los espacios para sacarle el mayor partido posible.

- ¿Pudo sentir los olés de Madrid
- Fue lo más bonito que recuerdo, cada vez que lo pienso se me ponen los pelos de punta. Hacía tiempo que no sentía esos olés en Madrid. Estoy muy feliz de haberlos escuchado.

- Y el reconocimiento de toda la afición, de la prensa, en definitiva, de todo el mundo del toro.
- Ha sido una tarde muy rotunda, con mucha fuerza, que llegó a todo el mundo. La seriedad, la firmeza, el toreo puro que es lo que encaja en Madrid y por lo que te lo valoran.

- En el sexto, había en la plaza ese «runrun» de que podía pasar algo grande.
- Yo también lo sentía, pero hasta mitad de faena no sabía lo que podía llegar a pasar. En el capote se frenaba, le costaba mucho trabajo embestir. Por eso no brindé el toro, no le tenía mucha fe. Pero todo lo que hizo fue con seriedad y con fiereza. De mitad de faena hacia adelante hubo una cosa muy importante, aguanté unas paradas y unas miradas con la derecha y el toro empezó a romper, como si sintiera el poder y la firmeza, que había alguien que le podía. El toro empezó a dejarse manejar y hubo momentos muy importantes por la mano izquierda. Disfruté dos naturales que me llegaron y calaron en la gente. La tanda final fue la cúspide para que la espada hubiera entrado entera y le hubiera cortado otra oreja con mucha fuerza. Ayer no tenía que ser y no fue, pero será otro día. Lo que sé es que en el pensamiento de todo el mundo del toro ayer salí a hombros.

- La temporada no estaba siendo fácil, las actuaciones no estaban haciendo justicia a su toreo.
- No estaba teniendo nada de suerte, los toros no me estaban embistiendo y los que medio lo hacían y los mataba por arriba, como en Sevilla con la de Cuadri en la que estuve apunto de cortar una oreja, tardaban mucho en morir. Si no era por una cosa era por otra y no podía rematar para obtener un triunfo de ninguna corrida. Siempre pasaba algo, y estaba mal psicológicamente. Madrid era un cartucho que tenía que ser sí o sí, por eso estaba muy mentalizado y ha salido bien.

- ¿Lidiar las corridas más duras le hacen tener una visión distinta de la Fiesta?
- Esto es una batalla. Todas las tardes que te vistes de torero es muy difícil que salgas a hacer una obra de arte, a expresarte como torero. Es más salir a ver si hay un toro que medio obedece y puedes robarle las pocas embestidas que tiene. Hay que lidiarlos muy bien e intentar dar algún pase medio a gusto, ser más inteligente que ellos.

- ¿Cómo se conciencia un torero de que cada tarde tiene que matar dos toros de esa dureza?
- Estas corridas queman mucho, por eso doy mucho mérito al maestro Fundi y al maestro Padilla, a tantos toreros que han matado durante tantos años estas corridas tienen un mérito increíble. No es fácil estar anunciado año tras año con las mismas ganaderías, en las mismas ferias. Una ovación en este tipo de corridas es una oreja en cualquier otra. Cuesta mucho más trabajo conseguir triunfos.

-¿Qué significa Francia para su carrera?
- Me he hecho como torero allí. Toreé mucho de novillero, como de matador cuando resurgí matando una corrida de Victorino en Beaucaire en el momento en que me apoderaba Fernández Meca. Gracias a ese lugar y, otra vez, a Victorino volvimos a ponernos en el camino. Francia me ha dado su confianza, me respeta, aunque este año no haya entrado injustamente en las ferias francesas, aunque solo esté anunciado en Dax, Nimes y Beaucaire, me ha faltado Arles, Beziers, Bayona... Plazas que yo creía que al haber triunfado el pasado año, tenía que haber vuelto y no ha sido así.

- Dicen que de Madrid al cielo... ¿Y a partir de ahora?
- Ahora el trabajo es de mi apoderado, Simón Casas, que tiene que planificar la temporada. Sobre todo que salgan más contratos, que ese era uno de los objetivos con el que iba a Madrid. Este triunfo debería sumar un mayor número de corridas.

- ¿Qué falta por ver al aficionado de Alberto Aguilar?
- Torear. Torear como me han visto en Valencia. Ahí pudieron ver el torero que puedo llegar a ser, pero no lo han visto en ningún otro sitio porque no he tenido opciones.

- Salir de este circuito sería la oportunidad de verle como realmente es.
- Me gustaría torear otro tipo de corridas, claro. Pero le debo mucho a las corridas duras, sobre todo a Victorino. Aunque también compaginarlas con otras que me ayuden a expresarme y este triunfo debería abrirme esa posibilidad.

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