Una novillada de las que no se recuerdan se lidió el pasado domingo en la localidad abulense de Sotillo de la Adrada. Ya ni se ven ni corridas de toros con esa estampa, como estamos demostrando con la evolución de la temporada. Una ganadería de Salamanca por muchos desconocida, El Rollanejo, mandó a una plaza de tercera una de las novilladas mejor presentadas que recuerdo. Puro Aldeanueva, cuando estamos acostumbrado a todas las versiones del monoencaste se agradece y mucho. Novillada de contrastes y diferentes caracteres que pidieron el carnet en numerosas ocasiones.
El Valle del Tiétar o del Terror, ha sido germen de muchos novilleros que necesitaban de sus triunfos en estas plazas para llamar la atención de Madrid, a solo 100 kilómetros, y los aficionados se acercaban de la capital para ver auténticas corridas de toros con chavales que se la querían jugar. De aquello solo queda la leyenda, lo que cuentan los viejos del lugar porque solo Sotillo y Cenicientos defienden la cultura del toro en todo su esplendor.
Pero además fueron encastados y pusieron en evidencia el poco rodaje de los novilleros, aunque las ganas de Carlos Durán taparon los defectos. Hizo quites cuando tuvo oportunidad y sorteó al mejor del encierro. Ese tercero de la tarde se venía de lejos, con fuerza, galopando y metiendo la cara. Le costó acoplarse y a veces no acertó con las distancias pero logró dos tandas que calaron en el público. Dos orejas que le aseguraban la puerta grande.
Pero no me gusta que me engañen. No me gusta que los novilleros busquen la trampa a la hora de torear. Salirse del sitio, citar al hilo, no arrimarse ni por casualidad y para rematar un bajonazo. Si, los novillos pidieron el carnet, pero podían haber demostrado que valen para ser toreros, para disfrutar toreando. Pero es Sotillo y no Madrid, así que para qué se la van a jugar.
A todo esto, Miguel Hidalgo y Diego Hermosilla completaron el cartel. El granadino es un torero muy alto y espigado. A veces queda antiestético su muletazo y con el capote está muy verde. El navarro es muy pinturero, pero solo se queda en eso.
Una gran novillada que demuestra que en el campo bravo quedan restos de bravura y de casta, aunque la quieran guardar y esconder. Además de bien presentada porque aunque sobre la tablilla no habían cumplido los cuatro años, tenían mas presencia que la mayoría de toros que llevamos visto esta temporada en el gran circuito. Enhorabuena y a seguir trabajando.
Novillos de El Rollanejo, muy bien presentada, tercero ovacionado en el arrastre.
Miguel Hidalgo (Grana y oro) oreja y aplausos.
Diego Hermosilla (Rosa palo y azabache) silencio y aplausos.
Carlos Durán (Negro y oro) dos orejas y oreja
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