Una semana después de aquel ya lejano lunes de prefería, continúa el viaje de la Feria de Abril después de un fin de semana triunfal.
De lunes a jueves se vagó entre la penuria y la falta de casta que estaba desesperando a los algo menos de tres cuartos que lo presenciaron en directo cada día y a los que estábamos enganchados a las retransmisiones de Molés y compañía.
Ese torismo que tanto se defiende en un tiempo donde el toro de las figuras está falto de casta y tiene tan poca presencia, se ha venido abajo después de los primeros días de aburrimiento total donde se reunieron ganaderías como Dolores Aguirre, Conde de la Maza, Alcurrucén o Victorino. Cabe destacar únicamente el lote de Oliva Soto del Conde y el sexto de Victorino para Salvador Cortés. El de Camas dejó destellos de su torería aunque no terminó de aprovechar un gran lote ya que no dio ese pasito de más y acompañó la embestida componiendo muy bien la figura. Pero hay que torear. Salvador Cortés entendió muy bien al segundo de su lote y dio las mejores tandas de la tarde.
El viernes llegaron las figuras y su toro, ese toro descastado e impresentable pero que cuando embiste y es bonito se arma la mundial. Y así fue. Se unió un gran Garcigrande y un soberbio Juli que volvió a desplegar toda su tauromaquia de hondura y toreo largo. Dejó la Puerta del Príncipe entre abierta con dos orejas que remató en el quinto ante un toro más exigente y complicado. Cinco orejas en tres actuaciones es su balance este año en la Maestranza, magistral.
Pero de lo que todo los aficionados hablan es del indulto de Manzanares a Arrojado, un gran toro de Núñez del Cuvillo que aunó calidad en la embestida y motor para aguantar casi un centenar de muletazos. Algunos se quejan de que aquel toro no debió ser indultado porque se rajó en banderillas y en el tramo final de la faena, es cierto, pero hay que ir más allá de esos instantes puntuales o de un simple reglamento, hay que tener sensibilidad y el alicantino miró por el bien de la fiesta antes que por su propio bien ya que un estoconazo en ese momento de furor del público le hubiera valido un rabo. El primero toro que se indulta en Sevilla ya que el anterior data de 1965 y fue un novillo. Lo dicho, histórico.
Pero si buena fue la faena a Arrojado, tiene que tener un sitio especial la que realizó al sexto de la tarde. Un toro mas complicado y con un tranco más. No le toreó tan despacio pero aprovechó su profundida y entrega para componer una faena importantísima. Cuatro orejas y consagración.
Punto y aparte merecen tres toreros que salen tocados del primer tramo de la feria: Enrique Ponce no pudo con dos toros manejables, Cayetano estuvo en su línea y pasó de puntillas y sin molestar, Julio Aparicio que dejó un buen quite y desperdició un gran Cuvillo. Morante no ha tenido suerte en el sorteo. Tres verónicas y una media, para qué más.
Empieza la semana de farolillo, que disfruten.
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