sábado, 24 de marzo de 2012

Morenito, naturalmente


Foto: Sara Hernández

En un marco incomparable se desarrolló el III Día del Mundial del Toro. La plaza de toros de Brihuega esconde una magia especial, con encanto. Ese lugar que tiene todo para que bajen las musas. Y una devoción por el toro que tiene la afición alcarreña, donde el recorte y el encierro son el Padre Nuestro.

Foto: Sara Hernández
Los compases más destacados de la tarde los tocó Morenito de Aranda al natural. Su mano, la que le ha puesto en boca de todos. Encajado y con gusto, enjaretó varias tandas que calentaron al público. Con empaque pero toreando, alargando la embestida de un toro de noble condición. Actuación muy importante a las puertas de Madrid, donde le espera la afición. Y además lo mató, lo que no hizo aquella tarde mágica en la que lo tuvo en su mano.

Foto: Sara Hernández
Otra oreja calló en manos de Eduardo Gallo. Pechó con un novillo al que había que aguantar. No se definía al comienzo de cada tanda pero que tenía un tercer y cuarto muletazo que, aunque con la cara a media altura, permitía derechazos eternos, más allá de la cintura. Y con una cadencia que permitía la emoción, por lo que conectaba con el respetable. El charro lo entendió a la perfección. Si no fuera tan irregular…

La anécdota llegó a la salida del tercer novillo, que correspondía a Gallo, pero en realidad era el de El Mani, que tras reventar la puerta salió de chiqueros. Por lo que se corrió turno. Toreo efectista, pero no efectivo. Eléctrico y de poca pausa.

Miguel Abellán pechó con el de peor condición. Se rajó muy pronto e intentó sacarle todo lo que tenía en tablas. El que estuviera desmochado (como para rejones) le evitó un gran susto cuando le revolcó mientras se estiraba a la verónica.

Frio, como se estaba poniendo la tarde cuando se escapó el sol, nos dejó Juan del Álamo. Poco o nada parecido a aquel chaval que nos dejó fascinados e ilusionados en su época de novillero. Tiempo de reflexión, ahí tiene Madrid. Su oportunidad.

Abrió el festival Sergio Vegas con un novillo de Los Bayones de mejor clase cuando acometía a los capotes que cuando tenía que emplearse con el caballo. Intentó quiebros para clavar al violín que impactaron, pero redondearon una actuación muy desigual.

La plaza de La Muralla, bajo el sol de Brihuega reunió a pocos aficionados en tan día tan especial. Todo era poco para echar una mano a la los niños con parálisis cerebral, pero está visto que ni por una buena causa.


Brihuega. Festival benéfico con picadores. Novillos de Los Bayones, Antonio Palla, Sandra Sopeña, Torrenueva, La Glorieta y Alberto Mateos. Desiguales de presentación. 4º y 5º los más destacados.

- El rejoneador Sergio Vegas: Palmas
Miguel Abellán: Ovación
Eduardo Gallo: oreja tras petición
Morenito de Aranda: Oreja
Juan del Álamo: Palmas
Eugenio Martín “El Mani”: Vuelta al ruedo tras petición

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