domingo, 6 de febrero de 2011

Una tarde para el aficionado


Primera tarde de la temporada y primera alegría. Llegué a Valdemorillo con buenas vibraciones por el cartel y algo más de dos horas después salí con esas sensaciones confirmadas.

Sobre el papel era un cartel con tirón para el aficionado. Tres toreros del gusto de Madrid a las puertas de Madrid, y en el mes de febrero para salir lanzado hacia la temporada con el run run de los taurinos en el aire.

Pero ya se sabe que el toro es la base de la fiesta, por lo que sin una buena ganadería delante todo se viene abajo. Pero no fue el caso, porque los de Peñajara en líneas generales salieron muy buenos, con movilidad, encastados y lo que es mejor aún, con emoción. A excepción del segundo, que fue un mastodonte de Javier Gallego al que le faltaba un mes para cumplir 6 años que desarrollo sentido, y el 4º con el que estuvo firme Robleño.

Pero también en cuanto a presentación. Ya se sabe que en estos primeros meses todavía es complicado tener rematados los toros, todavía estamos en invierno y este toro es totalmente diferente al de junio.

Fernando Robleño supo estar a la altura del primero al que exigió y tuvo mucha movilidad. Estuvo firme y logró buenas tandas por el mejor pitón del toro, el derecho. Paseó una oreja. El cuarto fue el peor de la tarde, pero aún así quiso agradar. Robleño sale muy reforzado de la primera tarde de la temporada. Si sigue a este nivel puede volver al sitio donde estuvo allá por el año 2002.

Iván Fandiño confirmó su constante evolución. En el segundo, remiendo de Javier Gallego, le buscaba los tobillos al rematar cada muletazo. Estuvo muy serio y con mucho valor. El quinto quizá fue el mejor de la tarde y consiguió dar los muletazos más largos de la tarde. La faena fue a mucho más ya que al principio el burel carecía de transmisión. El público acabó entregado al torero. El presidente sacó el pañuelo azul para dar la vuelta al toro antes de sacar el blanco, la plaza protestó con razón una decisión incomprensible.

Cerró la terna Alberto Aguilar, que quiere ser torero. Y lo será porque tiene cualidades. Buen manejo del capote, intentó agradar en todo momento con largas cambiadas y quites por verónicas. El tercero fue a menos, pero dejó para el recuerdo la segunda tanda por el lado derecho sublime. El sexto le dio un revolcón sin consecuencias, lo intento todo para contentar a la afición. Se llevó el peor lote. Si mejora con los aceros será capitán general.

En definitiva, una tarde para el aficionado. Por culpa de la espada no vimos más orejas, pero qué más da, disfrutamos de tres que quieren ser toreros, que tienen ganas y cualidades. La temporada puede continuar.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Buena cronica,

una cosa
He hecho un blog inédito, comentame tu opinión en el blog amigo:

http://torosgay.blogspot.com/