Siempre con la mente puesta
en el hospital Miguel Sevet. Atento a las noticias que llegaban. Desentubado,
despierto y diciendo, “no me quites ni una en América”. Con dos cojones, un
ejemplo. El espíritu del Ciclón. Podía haber sido mucho peor, él lo entenderá y
saldrá adelante. Segurísimo.
Serafín Marín, Alberto Álvarez
y David Mora tuvieron durante toda la tarde a su compañero (amigo) en el
recuerdo. A él fueron los brindis, muy emotivos, de esta triunfal tarde. La
excepcional corrida de Antonio Bañuelos propició un gran espectáculo que fue un
auténtico homenaje. Esta fue la otra cara del toreo. Destacaron cinco de los
seis e incluso pudo haber pleno, una corrida muy completa.
El triunfo, orejas aparte,
fue de David Mora. Dos vueltas clamorosas al ruedo, después de rechazar el
triunfo concedido por el juez de plaza que debe ser primo hermano de Del Olmo, equivalieron
a las dos orejas que hubo de cortar al tercero de la tarde. Una vez más se
reafirmó como la revelación de la temporada con una gran faena, larga y
templada. Lo comprendió a la perfección y lanceó desde la primera verónica. Una
estocada en la cruz bien valieron el reconocimiento de los aficionados, qué más
da las estadísticas. Con el que cerró plaza, estuvo pelín amontonado y
encimista, con más distancia el toro hubiera dado mucho más. Aún así, David
Mora de reafirma.
El triunfo numérico se lo
llevo el local Alberto Álvarez. Y no por ser de Zaragoza. Se llevó el lote, eso
sí, pero pese a lo poco que torea supo estar a la altura de las circunstancias.
Un lote de izquierdas. Tanto las faenas del segundo como el quinto se basaron
en la tandas al natural que transmitieron y fueron muy aclamadas por el pueblo.
Incluso imitó al maestro Joselito tirando la simulada en la última tanda de
derechazos. Además mató como si se le fuera la vida en ello, que se le iba. El
primero salió muerto de la muleta y la segunda estocada incluso cayó contraria
de lo recto que entró. Disfruto del toreo. Merece la pena ser torero para vivir
días como hoy. La cara. También existe la cruz, no solo con las cornadas, sino
con el anonimato…
Serafín Marín toreó a placer
al primero de la tarde. Un toro pronto y presto que estuvo a disposición del de
Moncada i Rexach. Parece que ha resucitado después de pasar con más pena que
gloria de Madrid. Se ha quitado el luto. Demasiadas sensaciones en Barcelona,
todos somos humanos.
La cara del toreo. Una tarde
de triunfo en la que los aficionados hemos podido resarcirnos después del día
amargo de ayer. Cuidado con Bañuelos, corrida cumbre. Seis de seis. Ojo al
dato. En la memoria siempre tenemos al maestro. Suerte.
2 comentarios:
pues tiene usted razón, así se vio la tarde de ayer, que pena que el cafre del presidente, o como dice usted, juez de plaza, le robase literalmente la segunda oreja a David.
Fue una tarde entretenidísima porque todos los toros dieron un gran juego. Lo del presidente no tiene nombre, mucho afán de protagonismo...
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