lunes, 1 de marzo de 2010

Toreros con denominación de origen


Seis toreros, seis estilos. Los espadas se encontraron con ellos mismo y nos dieron un espectáculo que bien podía haberse producido a mediados de temporada en cualquier feria de relumbrón.

Que mejor escenario que una plaza festiva pero con el rigor de Madrid para que los toreros cojan confianza de cara a los compromisos importantes que tienen al comienzo de la temporada.

Morante rebosó torería por los cuatro costados. Una faena de temple, gusto y, como no, arte pero con mayúsculas. El toro en momentos ayudó metiendo la cabeza con brío aunque con un poco más de fuerza… que éxtasis taurino podríamos haber vivido. La que nos espera otra vez esta temporada.

Manzanares fue eso, más manzanares que nunca. El único bravo de Garcigrande cayó en sus manos y se vació totalmente. La temporada pasada fue ascendente, en América a fascinado y parece que no ha perdido un ápice de forma. Esta debe ser la definitiva.

Estamos en fase de recuperación de un torerazo como Talavante que mostró lo mejor de su tauromaquia con un toreo largo y profundo muy atomasado (de José Tomas claro) pero el mal uso de los aceros le privó un triunfo gordo. ¡Hay que tirarse más al carretón torero!

El Juli en su línea de poderío y mando sin límites con un ojedismo basado en el toreo largo asentando la planta que solo él sabe hacer. De un toro incierto sacó petróleo y con otro menos malo reventó el palacio.

El que menos suerte tuvo en el lote fue Perera que no se dejó comer el terreno pero el uso del verduguillo le privó de un triunfo mayor. En el sexto fue a por todas para no quedarse atrás pero después de dos magnificas tandas, el toro no quería más guerra. Una oreja liviana tras un pinchazo, estocada y un descabello.

De Cayetano “Armani” Rivera… merece un capítulo aparte que se lo dedicaré en los próximos días porque a engañar no se viene a Madrid.

Toros pobres de presentación y peor juego. Todos blandos excepto alguna excepción que confirma la regla. Si queremos que esto continué tiene que existir un toro que se mueva y tenga emoción, no este pseudo-toro que se han inventado unos cuantos, pero que cuando embiste es de lo mejorcito.

Por cierto, una plaza donde no hay sol ni moscas deja mucho que desear, pero todo sea por ver toros a destiempo.

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