Desde hace relativamente poco tiempo, todos los finales de año ponemos nuestra mirada hacia Sevilla. No es por otra razón que ver a los maestrantes como se les cae la baba viendo a un gran artista presentar el cartel que anunciará los festejos de la siguiente temporada.
Desde comienzos de la década se ha apostado por un cartel innovador, calificado como moderno. La vanguardia al poder. Pero no siempre del gusto de la afición, la que realmente consume este producto y es la que lo tiene que ver día a día cuando va a tomar su asiento en la Real Maestranza.
Y este año ha sido el colmo, presentar un lienzo blanco con una parte de la cara de un toro anovillado, justito de presentación y con la mirada vacía... Esa mirada de un toro sin casta, que no quiere hacer daño, que va sobre raíles (que tanto gusta hoy en día). Que diferencia con la mirada violenta y desfiante de un Miura o un Victorino... En definitiva una pena de toro o como otros lo llamarían: el medio toro.
La paradoja hubiera estado si este ejemplar hubiera sido de Nuñez del Cuvillo, por todo el lío que ya saben entre empresa y ganadería (la pela es la pela). Pero no, parece ser que el señor Sicilia se ha informado del gusto de Sevilla y a elegido un Juan Pedro, un plato de jamón de esos que decía Canorea.
Ahí va mi propuesta para 2012, y seguro que pongo a todo el mundo de acuerdo. Simplemente una foto con Morante cruzando en volandas el Puente de Triana después de haber cortado el rabo y haber formado un lío de partirse la camisa. Y solo dos palabras, arte y cultura. ¿Qué os parece?
Desde comienzos de la década se ha apostado por un cartel innovador, calificado como moderno. La vanguardia al poder. Pero no siempre del gusto de la afición, la que realmente consume este producto y es la que lo tiene que ver día a día cuando va a tomar su asiento en la Real Maestranza.
Y este año ha sido el colmo, presentar un lienzo blanco con una parte de la cara de un toro anovillado, justito de presentación y con la mirada vacía... Esa mirada de un toro sin casta, que no quiere hacer daño, que va sobre raíles (que tanto gusta hoy en día). Que diferencia con la mirada violenta y desfiante de un Miura o un Victorino... En definitiva una pena de toro o como otros lo llamarían: el medio toro.
La paradoja hubiera estado si este ejemplar hubiera sido de Nuñez del Cuvillo, por todo el lío que ya saben entre empresa y ganadería (la pela es la pela). Pero no, parece ser que el señor Sicilia se ha informado del gusto de Sevilla y a elegido un Juan Pedro, un plato de jamón de esos que decía Canorea.
Ahí va mi propuesta para 2012, y seguro que pongo a todo el mundo de acuerdo. Simplemente una foto con Morante cruzando en volandas el Puente de Triana después de haber cortado el rabo y haber formado un lío de partirse la camisa. Y solo dos palabras, arte y cultura. ¿Qué os parece?
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