Qué pena. Tan bonitos por fuera como feos por dentro. Pero lo tienen todo permitido, ni mú de los entendidos, ni un solo grito, ni un solo pito en el arrastre. No se puede jugar con la doble moral de si es Domecq no me gusta y si es cárdeno me apasiona.
Lo de Partido de Resina está vacío por dentro. Es todo fachada, no embiste ni a una mosca. La cabeza por las nubes y sin humillar ni por equivocación. Toros desagradecidos ante una terna muy dispuesta y con ganas. Tres toreros que se merecen una repetición con una vacada que pueda embestir porque actualmente hay muchas que hace años que no embisten, con nombres y apellidos. Y eso que solo se lidiaron 4 ejemplares de la ganadería titular porque solo se aprobaron 5 y el segundo fue devuelto. Los remiendos fueron de Nazario Ibáñez, flojo pero pedía todo por debajo, y Los Chospes, buen inicio pero a menos.
Ambiente muy mexicano en la plaza por la presencia de uno de los importantes de allí, Ignacio Garibay que vuelve después de su confirmación hace 9 años. Una actuación muy firme y sólida ante un lote que tuvo al flojo pero noble primero de Ibáñez con el que consiguió ligar la única tanda de la tarde. Mató de una estocada en los bajos que deslució su aseada labor. Con el cuarto poco pudo hacer. Solo pudo justificarse y caer herido después de haber sido prendido por el lateral del muslo después de una espectacular caída. Aguantó como un valiente hasta pasaportar al de Pablo Romero y cruzó la plaza entre la ovación del respetable.
Serafín Marín vive un gran momento. Llegaba después de un gran final de campaña con el indulto en Barcelona y el comienzo con Madrid y Zaragoza. El catalán tuvo que ver como una vez más le se le fue al corral otro toro en la capital, recordemos aquel de Navalrrosal que le puso en órbita y los dos que lidió el pasado domingo de Ramos. Se entendió bien con el de Los Chospes al principio, dándole distancia en los primeros compases de la faena. Poco a poco se vino a menos pero la disposición de Serafín con unas ajustadas manoletinas y una escalofriante cogida entrando a matar que casi le parte el pecho, hizo al público meterse en la faena y le pidió una oreja. Dio una importante vuelta al ruedo.
Sergio Aguilar es un gran torero, un torerazo. Torea al malo como si fuera bueno, así que ¡Cómo toreará al bueno! Entre las corridas duras y la mala suerte no acabamos de ver en todo su esplendor al madrileño. La muleta puesta por abajo y la cara del toro por el cielo de Madrid. Es necesario verle con un toro con el que pueda demostrar donde está su techo. Su concepto puro y clásico del toreo hace que apetezca mucho volver a verle.
2 comentarios:
No se para ti pero yo si he escuchado pitos a los toros, incluso se han visto pañuelos verdes, no se si estarías en la plaza o viéndola por la tele pero allí en la plaza se ha pitado a los toros
Yo la he visto en la tele y, salvando al segundo que lo han devuelto, no se ha escuchado un escándalo como durante la semana pasada cuando se lidiaron los de las figuras. Gracias por la observación
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