Con el cariño que da una atención exclusiva, nos recibe Carmen en la habitación 432. Es la camarera de piso y está encargada de atender cualquier cosa que necesiten los toreros que se alojan en el Gran Meliá Colón.
‘Para nosotros es el hotel de los toreros. Mimamos a los toreros y hacemos lo que nos piden. No podemos entramos en la habitación desde que se van a la plaza porque les da mala suerte o les damos toallas viejitas para que se las lleven a la plaza para las labores del mozo de espadas. Si corta las orejas, a la vuelta ya podemos entrar a saludarlo’.
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