miércoles, 2 de mayo de 2012

Tres conceptos de buen toreo


Foto: Las-Ventas.com
 Muy en corto, luciéndose. Ofrecía el pecho al toro, su vida. Directo hacia el siete caminando iba hacia el toro, ¿Se acuerdan de Montoliú? Pero el toro no le hacía caso, no echaba cuentas a aquel torero que iba jugándose el tipo sin trampa ni cartón. Pero a la media luna, cuando el torero se veía apretado por las tablas, el toro decidió arrancarse para encontrarse con él y clavar un par en la yema. Emocionante, los tendidos en pie. Grandioso. Luis Carlos Aranda, maestro de plata.

Foto: Las-Ventas.com
Tras este gran par, la tarde cogió vuelo y lo aprovechó Morenito de Aranda que se rompió al natural en algunos momentos de este noble tercero. El toro no rompió, quizá porque le faltó tirar un poco más de él. El más noble, pero el menos encastado de la tarde, o lo que es lo mismo el más “toreable” como le gusta decir a los ganaderos modernos. El último de la tarde fue el más basto, tuvo que sacárselos uno a uno, cruzándose entre natural y natural. Una entera en buen sitio animó a pedir la oreja que desoyó la presidencia con buen criterio pues no hubiera tenido sentido dársela tras habérsela negado en el tercero con el que estuvo mejor. Hace falta un punto más para reventar la plaza, condiciones tiene para ello.
Foto: Las-Ventas.com

Cada día entiendo menos al público de Madrid, afamado por entendido y coherente. Levantaron más palmas el gesto de cruzarse de Morenito que la faena que hizo Sergio Aguilar al quinto de la tarde. Un manso encastado con mucho que torear, se revolvía buscando la tela y a veces se colaba provocando la emoción que muchos dicen haber perdido. Para no perder la vista del ruedo. Torero valiente el madrileño, que aguantó miradas que causaban pavor. Le robó todo lo que tenía. Importantísima dimensión en una faena casi secreta de la que solo se enteraron unos pocos, muy pocos. También pechó con el peor de la tarde, manso de libro no quería ni ver los capotes en los primeros tercios, ni la muleta. Es un torero para seguir esperándolo, algún día la moneda de la suerte caerá de cara. Esa que tantas veces le dio la espalda.

El Fundi volvió a dar una lección en la catedral del toreo. En el primero, un sobrero atacado de kilos de la ganadería de José Luis Iniesta, consiguió educarlo para que sirviera para la lidia, lo que parecía imposible en los primeros tercios. Casi por arte de magia terminó el toro entregado en los medios dejándose querer por el de Fuenlabrada. El truco es muleta, toques, alturas… Una masterclass de toreo que continuó en el cuarto. Un toro de buenos finales que repite con celo, muy encastado que no le dejaba respirar. Poco a poco le fue metiendo en la tela, pero sin despistarse pues se revolvía buscándole los tobillos. Faena larga pues sonó un aviso sin todavía haber cambiado el estoque, pero no importó porque aquello tenía emoción.

El público aplaudió al toro, ¿Por qué? ¿Para castigar al torero? ¿Acaso solo vale el toreo de cortar orejas, de lucirse? La corrida tuvo mucho que torear pues hubo toros que aunque mansos, salieron muy encastados no dejando respirar a los toreros. Este comienzo de temporada está siendo muy extraño en el comportamiento del que pasa por caja. Otro detalle muy feo fue no acordarse de Florito en un día tan especial. Ningún torero le brindó un toro, menos mal que pudimos rendirle un pequeño homenaje ovacionándole cuando metía al primero, devuelto por una cojera en la mano izquierda.

Madrid. Un tercio. Toros de Los Bayones manos pero encastados, 3º noble sin clase. 1º Bis de José Luis Iniesta manso de libro. 6º Abilio y Ramiro Hernández parado.

- El Fundi (Vainilla e hilo negro) Ovación y palmas tras aviso
- Sergio Aguilar (Grana e hilo negro) Ovación y palmas
- Morenito de Aranda (Azul e hilo negro) Vuelta tras petición en ambos

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