viernes, 9 de abril de 2010

El valor añadido de la diferenciación


Antes de comenzar la crónica quiero lanzar una idea que no se si compartiréis. ¿Por qué todos los toreros torean igual?, ¿Por qué quieren imitar a Perera, Juli, Castella y compañía? Me explico. Hoy se ha visto reflejada a la nueva generación de toreros que se está formando. No respetan que un toro vaya largo o se quede corto, sino que a la mínima que pueden y aunque el toro no lo pida, van al arrimón, con emoción pero sin temple ni ligazón que es algo fundamental en el toreo y algo que me desquicia, el circular. Porque bien hecho es un pase bonito pero trapazo tras trapazo ya cansa. Y eso es lo que se vio en esta tarde. Estamos faltos de personalidad en esta profesión y hace mucha falta.

Comienza una nueva edición de la Feria de Abril con la ya clásica novillada inaugural. Y eso fue, una novillada en toda regla del maestro Espartaco que ha dado buen juego para el aficionado pero que los toreros no la han exprimido del todo.

Casares esta en un momento que me desconcierta, porque no ha conseguido levantar el animo, con un toreo plano y sin recursos aun sorteando el mejor novillo de la tarde. El excelente cuarto fue para que no se llevara las orejas al desolladero. Hacia el avión, quería comerse los avíos de torear rematando por detrás de la cintura. Pero el novillero quiso pegarse el típico (y cansino) arrimón y fastidió la buena condición del toro. Parece mentira que un torero tan placeado no consiga resolverse bien en la cara del novillo. Mención aparte merece su cuadrilla, que es de figurón del toreo. Liderada por Curro Robles y Antonio Saavedra en el caballo, casi nada.

Escribano quiere ser torero. Escucho el olé de la Maestranza que ruge diferente al de cualquier otra plaza. Tiene compás, temple y gusto, los olés me refiero. Al toreo del madrileño le queda todavía un poco de rodaje ya que no ha toreado mucho y este año será el que pise las plazas que dan y quitan. Ya lo ha hecho en las dos grandes y esto acaba de empezar. Chapeau.

De Esaú solo puede decirse que tiene ganas de agradar porque sus oponentes fueron los peores del encierro. La primera faena no caló en el público que no logró entenderlo, eso si, mató de buena estocada. En el sexto estuvo valiente y gustó pero en este caso no mató y se fue del coso del baratillo con lágrimas en los ojos.

Esperemos que las corridas que vienen tenga la bravura que los tres buenos ejemplares de hoy. Esto acaba de comenzar.

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