‘Lo primero que me dijo el traumatólogo es que en cualquier otra profesión ahora mismo estaría jubilado’. Así de crudo es el testimonio del rejoneador Sergio Vegas en un año que ha pasado prácticamente en blanco debido a una grave lesión de espalda que arrastraba desde hace años. Todo se desencadenó a raíz de una fractura de mandíbula por la patada de un potro que despertó más aún tres hernias que le hacía la vida imposible. Hoy, por fin, está todo olvidado.
En la estadística de Sergio Vegas en 2016 tan solo aparece un festejo: cinco novillos en solitario el 1 de mayo en La Flecha (Valladolid). Un dato que nos pone en la pista de que algo no está bien: ‘Ya sabía que tenía varias hernias que me dificultaban el día a día de montar, rejonear e incluso mi vida diaria pero lo achacaba al cansancio, a las muchas horas de trabajo y con relajantes musculares iba sobreviviendo’.
Ese festejo puso el problema en la palestra que días después se agudizó: ‘En La Flecha me mareé hasta en dos ocasiones. Algo no estaba bien’ pero no fue hasta dos días después cuando se desencadenó con otro grave percance: ‘Todo empezó el pasado 3 de mayo cuando un potro me dio una patada en una acción fortuita y me partió la mandíbula. Me operaron de urgencia porque la fractura fue a la altura de la oreja. Fue a partir de ahí cuando empezaron a dar la cara los problemas en la espalda’.
Vegas continúa con el relato de la crudeza que ha tenido que vivir desde hace más de una temporada: ‘Me preocupaba porque no era un dolor continuo. Era aleatorio porque venía del sistema nervioso pero podía dormir a base de relajantes musculares o se me dormían tres dedos de la mano y las piernas. No le di excesiva importancia… mis ganas por tirar hacia delante me hacia sobreponerme hasta que fue imposible’.
‘Ahí fue cuando me puse en manos de especialistas que me detectaron tres hernias -continúa Vegas-, una cervical producida por una caída en 2010, otra lumbar por otro percance en verano de 2015 y otra dorsal, debido a la patada que me dio el potro’. Fue la mandíbula la que conectó el problema que fue fundamental para poder controlarlo y superarlo: ‘Me mareaba, apenas podía montar y en dos ocasiones incluso perdí el equilibrio’.
Desde el primer momento se puso en manos de los especialistas: ‘Han sido meses horribles. Decidí ponerme en manos de un prestigioso preparardor físico de deportistas de élite con el que he estado trabajando los más de tres meses que no he podido montar. Día a día he fortalecido los hombros, he ganado movilidad en la cadera y he corregido movimientos que tenía cogidos de mala forma debido al dolor’.
Ahora, Sergio Vegas ha recuperado la sonrisa y las ganas de luchar que nunca había perdido: ‘Las he multiplicado’, afirma. ‘Lo que antes no era poder montar más de cinco minutos, ahora son cinco horas. Mi intención es llegar a las 10 o 12 horas como antes pero no sé si podré hacerlo. Lo que está claro es que estoy mucho mejor que hace un año’.
Incluso, el vallisoletano con su buena evolución y desaparición del dolor ha mejorado su forma de montar y rejonear: ‘Gracias a la preparación he conseguido bajar los estribos 10 cm. en cada pierna por la movilidad que he recuperado en la cadera o he mejorado la flexibilidad para poder ejecutar perfectamente los pares al violín. Soy un rejoneador nuevo’.
Por fin, el futuro lo ve con optimismo. Sergio Vegas podrá terminar la temporada y preparar 2017 con la mayor garantía posible: ‘Quiero terminar esta temporada con buen sabor de boca. Voy a estar en Chapinería y en varios festivales antes de afrontar un invierno de puesta a punto para llegar perfecto a la próxima temporada’.
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